Sonreí por que es obligatorio, no por que quise hacerlo, aunque dicen que sonreír hace muy bien a la salud, será por eso que cuando comienzo a reír, no puedo parar.
La risa es contagiosa, cuando vez a alguien reír inmediatamente te saca esa mueca que irremediablemente termina en una sonrisa.
Escuchar una carcajada te invade completamente e inevitablemente te produce otra que hace que tu cara se ilumine.
Dentro de una sonrisa se esconden sentimientos y muchos recuerdos será por ese motivo que nos sonreímos en los momentos inoportunos y nos sonrojamos, a eso yo le llamo alegría.
Las risas son tan peligrosas que borran las lagrimas de los ojos, llenándote el alma de emoción, haciendo que por un instante desaparezca como por arte de magia todos tus problemas.
Las sonrisas son como embriagarte, hacen que te olvides de los problemas solo por un rato, pero al acabarse el efecto de la risa y el alcohol, la tristeza vuelve. La risa puede esconder llantos, hasta podemos disfrazar la tristeza de sonrisas que duran solo un instante, solo unos minutos. Los corazones fuertes suelen ocultar esa amargura, en frente de los demás, pero al mirarse al espejo eso se acaba.
La risa es peligrosa, engañosa, y muchas veces parece el remedio ideal, justamente la risa es eso un remedio, pero como todo medicamento pierde efecto. La risa solo trata de llenar heridas que tardan una vida entera en sanar.