Cuando viajas demasiado, corres el riesgo de quedarte con una parte de cada suelo donde pisaste y de cada corazón que tocaste. Pero no dejes que una despedida se trasforme en un “adiós, para siempre”.
No es nada fácil despedirse por que algunas despedidas si son para siempre. No hay que llorar por que nos fuimos, hay que permanecer siempre firmes, aunque también esta permitido resbalarte alguna vez pero siempre levantarte ya que no importa cuantas veces te caigas, si no cuantas veces tuviste el valor de levantarte.
No importa si vivimos a muy poca distancia o mucha, ya que podes vivir muy cerca y a la vez estar tan lejos, o vivir demasiado lejos y estar mas cerca que nunca.
