Cuando decimos una verdad ya no quedan mas sombras, ni duda alguna, cuando decimos la verdad nos desligamos de nuestros pensamientos, convirtiendolos en palabras, cuando largamos esa verdad nos sentimos fuertes, pero a la vez muy indefenzos, con miedo a lo que esa verdad llegara a probocar, por miedo a lo que esa verdad nos pueda llegar a perjudicar.
Cuando un niño se cae de una silla, se lastima, y llora. Cuando nos dicen la verdad, nos duele, nos pone furiosos, nos hace caer y hasta llorar. Una verdad duele mas que un golpe en el que nos queda una herida, que con el tiempo se cierra, pero una verdad, deja en el corazon y en el alma una herida abierta que nos recuerda tod la vidalo que hicimos mal, en lo que alguna vez fracazamos, nos recuenda, quienes somos hasta este momento, nos recuenda lo que algun dia odiamos de nosotros mismos.
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